enlace
Tras cinco años de conflicto, la guerra siria es la peor crisis humanitaria de nuestro tiempo y el conflicto reciente con la mayor tasa de muertes infantiles.
![]() |
Un niño corre en los suburbios de Damasco. Abd Doumany AFP/Getty Images |
Desplazados, refugiados, asediados
![]() |
© Rosa Soto |
En territorio sirio, los pequeños son víctimas de la violencia, los barriles-bomba, los bombardeos de las distintas fuerzas combatientes y el fuego cruzado. Las peores situaciones se viven en las poblaciones bajo asedio y las áreas de difícil acceso. Actualmente, según cifras de ONU, hay en torno a medio millón de personas viviendo en 18 áreas bajo asedio y 4,1 millones más que viven en 135 designadas como de difícil acceso. Durante el mes de octubre, el Centro de Documentación de Violaciones contabilizó 1.359 víctimas mortales, de las que 215 fueron menores.
Pero no sólo son víctima de las armas, también lo son del hambre, la desnutrición y las enfermedades. Recordamos a comienzos de año las terroríficas imágenes de la ciudad asediada de Madaya que mostraban a personas muriendo de hambre literalmente. Pero, por desgracia, la situación no es exclusiva de dicha localidad, sino un fenómeno extendido a numerosas partes del país. Según recoge Save the Children en su informe Childhood under siege, en un estudio realizado por la Sociedad Médica Sirio-Americana, de 560 muertes en zonas sitiadas, un 46,6% eran menores de 14 años. Muchas de las muertes se deben a causas evitables como la ingesta accidental de veneno mientras buscan comida, la falta de cuidados médicos de emergencia, la escasez de medicamentos básicos, complicaciones durante el parto y, en áreas bajo asedio continuo, malnutrición crónica y deshidratación.
La situación de los refugiados no es mucho mejor, pero al menos están lejos de la violencia. Sin embargo, nos enfrentamos a situaciones dramáticas como la de los refugiados de Rukban, en la frontera siria con Jordania, donde cientos de personas están muriendo por falta de alimentos, agua y medicinas, tal y como denunció Amnistía Internacional en julio. El pasado 10 de octubre el Gobierno jordano decidió autorizar la distribución de ayuda mediante grúas. Tampoco pueden olvidarse los miles de refugiados que han perdido la vida en el mar tratando de alcanzar las costas europeas. Según ACNUR, más de 300.000 personas cruzaron el Mediterráneo en 2016, y en torno a 4.600 personas habrían muerto en el mar durante lo que va de año. Aunque carecen de cifras oficiales, ACNUR afirma que en torno al 16% de dichas muertes serían de menores.
![]() |
Un hombre sirio carga con un bebe huyendo de los bombardeos. Amer Almohibany/AFP/Getty Images |
El derecho a la educación hecho pedazos
![]() |
Un niño sirio escribe en un cuaderno sobre el suelo en la ciudad de Daraa. Mohamad Abazeed/AFP/Getty Images |
Por otro lado, Daesh (el autodenominado Estado Islámico) continúa usando la educación para adoctrinar y reclutar menores. En diciembre del año pasado, el grupo armado impuso nuevas regulaciones de educación obligatorias para todos los niños y niñas, resultando un factor de gran importancia que contribuye al reclutamiento, tal y como recoge el informe del Secretario General de Naciones Unidas sobre menores y conflicto armado. Según estima Unicef, las pérdidas en capital humano que suponen el no retorno de los pequeños a la escuela se calculan en 10,7 miles de millones de dólares.
Vidas en guerra: ‘niños soldado’, abusos y asesinatos
![]() |
Menores sirios huyen de las zonas controladas por Daesh. Delil Souleiman/AFP/Getty Images |
En julio de 2015, Human Rights Watch denunció el reclutamiento de menores por parte de las guerrillas kurdas. Pese a que éstas habían estado desmovilizando menores reclutados como parte del compromiso alcanzado con la ONG Geneva Call, aún persistían casos de reclutamiento de niños.
Sin embargo, el caso más preocupante es el de Daesh, que cuenta con la existencia de centros de entrenamiento en zonas rurales de Alepo, Raqqa y Dayr al Zawr donde entrenan militarmente a al menos 124 menores de entre 10 y 15 años. Además, se han verificado 18 casos de niños de hasta siete años de edad combatiendo.
A esto se une la detención por parte de fuerzas gubernamentales de al menos 36 niños. En la mayoría de los casos, los pequeños fueron torturados y uno de ellos resultó fallecido como consecuencia de la tortura y tratos degradantes. Otros grupos, tanto progubernamentales como antigubernamentales, mantienen a los niños cautivos debido a su asociación con alguna de las partes en el conflicto.
![]() |
© Rosa Soto |
Otra dimensión relacionada es la violencia sexual contra menores, que resulta muy difícil de documentar. En las zonas controladas por Daesh, las niñas son muy vulnerables, sufriendo matrimonios forzados con los combatientes, y aquellas de otras minorías étnicas y religiosas como las yazidíes siguen siendo secuestradas y vendidas para ser utilizadas como esclavas sexuales. Finalmente, el secuestro de menores por todas las partes en conflicto sigue siendo una práctica recurrente, sobre todo a cargo de fuerzas gubernamentales y Daesh, con 21 casos verificados por el Grupo de Trabajo del Consejo de Seguridad sobre los Niños y los Conflictos armados.
Daños mentales irreversibles: ¿una generación perdida?
La violencia, el desplazamiento, la muerte de seres queridos, la visión de acciones terroríficas, la desnutrición e, incluso, los abusos y la tortura pasan factura los menores sirios, perjudicándoles seriamente de cara al futuro. Las consecuencias en adolescentes son más graves, con trastornos agresivos y uso de drogas como vía de escape. La situación de las niñas es más difícil de valorar, pues tienden a estar en casa y más aisladas que los varones En cualquier caso, las secuelas pueden ser muy duraderas y perjudicar el futuro desarrollo personal y profesional de varias generaciones.
Como señala Jan Egeland, Secretario General del Norwegian Refugee Council, “las consecuencias del colosal abuso de los derechos de los niños y niñas en Siria podría sobrevivir a la propia guerra durante décadas. ¿Cómo podemos esperar que crezcan respetando y defendiendo el derecho internacional cuándo éste les ha fallado en el momento que más lo necesitaban?”